domingo, 1 de mayo de 2011

Tercer godine

En un principio todo va bien, tus ojos brillan, tu cabeza se concentra, tus músculos se hiperactivan, y sigues avanzando, pero cuando te das cuenta que ese día es ese día, todo cambia. Ya no importa ni el ayer ni el mañana, solo la soledad que te acaricia consoladoramente encontrando sentimientos en el empolvado baúl de tu corazón. Ella, la soledad, es la única que increíblemente tiene la llave para encontrar todo lo que tu creías habías olvidado, pero estás vulnerable, y la soledad no tiene piedad, te ataca, abre tu baúl y lo lanza todo hacia afuera sacando a relucir hasta el más remoto sentimiento, hasta la más ínfima e insignificante pizca de melancolía, comienza a carcomer tus pensamientos. Es en ese desgraciado momento en el que te das cuenta que te espera una larga noche, en la cual lamentablemente no podrás hacer nada más que ordenar nuevamente tu baúl.

 Día por día, hora por hora irás reviviendo cada cachureo al minuto de recogerlo y devolverlo a su lugar, y aunque sean millones, siempre habrán un par que se repetirán muchas veces, esos momentos que fueron cruciales en tu vida, los más importantes, los que realmente atravesaron tu existencia para quedar ensartados permanentemente en tu cuerpo. 18 de Abril, por ejemplo, día perfecto.

Lentamente comienzas a llegar al final, después de una descomunal cantidad de tiempo, después de una maravillosa gris tarde-noche-mañana de recolección de sentimientos, se te descongela el alma y te das cuenta de todo el tiempo que estuviste desconectado, fuera del universo.

Ya para lo último dejas ese recuerdo que tanto añoras, ese recuerdo con el que noche a noche sueñas con revivir, ese recuerdo que te rasga la cara con una sonrisa, ese recuerdo que te hace sentir como si una colonia de hormigas estuvieran viviendo por debajo de tu piel, ese emocionante, increíble, hermoso, poderoso, incansable, divino y casi inalcanzable recuerdo. Puede que sueltes una lágrima, pero ya está, has finalizado la tarea que la maldita soledad te ha obligado a cumplir. Te sientes lleno y pleno nuevamente, y te armas de coraje para no cometer los mismos errores que ya has cometido. No has muerto, eres más fuerte y has superado la prueba, pero de igual manera tienes miedo y no quieres actuar, ya que sabes que ella volverá por ti, y volverá con más ganas, aunque de modo contrario a lo que puedas pensar, viene solo para fortalecerte, tocar un arpa de consuelo y así sin pena puedas descansar.

4 comentarios:

  1. como siempre todo lo q escribes es hermoso
    se note q te sale del alma...
    saluditos

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  2. Como te dije antes, tienes un talento impresionante y una sensibilidad y complejidad mangífica.
    Sigue escribiendo, porque leerte es una dicha!!!

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  3. hermoso, admirable tu capacidad de plasmar ésas sensaciones, de verdad me llego (:
    sigue asi !

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  4. Increíble, me reflejo mucho en lo que escribis.

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