Cómo le digo

Ha pasado nuevamente mucho tiempo,
Y lo único que aprendí es que cada tanto me accidento,
Lo siento, crezco y avanzo lento,
Pero esta vez he vuelto, y estoy contento.

Ven, disculpa, toma asiento,
Aún recuerdo aquel día bajo el domo de cemento,
Ven que te cuento sobre este sentimiento,
Lo único que no perdona es la distancia y el tiempo.

Quizás pienses que estoy loco,
Vagando por el mundo con el corazón roto,
Recordando ese momento que no se volvió una foto,
Y después cuando pasó de todo, también muy poco.

Pero ahora estás aquí, y ya no puedo decir,
Que todo lo que siento pronto se va a derretir,
Y así pasan los días llenando mi cenicero,
espero, pero…

Cómo le digo,
Que todo fue una casualidad.
Cómo le explico,
Que no lo quise pero es la verdad.

Cómo le digo,
Ya no puedo respirar.
Cómo le explico,
Por ella mi mundo ha vuelto a girar.

Más allá de las palabras

No sé cómo partir a escribirte, pero créeme que hacerlo fue una decisión difícil.  No sé con qué reacción me encontraré pero mi esperanza me da el aliento que necesito para hacerlo.

Puedes pensar que exagero pero la única ley que me autoimpuse  para escribir esta carta fue ser lo más sincero que haya sido jamás, y ojalá puedas percibirlo en mis palabras.

La verdad es que durante el último tiempo se me ordenaron plácidamente los pensamientos en la cabeza. He aprendido sobre cosas que nunca imaginé. Creo que la necesidad de tí me obligó a cambiar mi manera de pensar, mucho más cuando te sentí verdaderamente lejos. Tengo miedo, pero no quiero que lo sepas.

Qué guapa estás.

No te juzgo si no quieres creerlo. Yo tampoco lo hubiese creído hasta hace poco, pero lo que siento por tí es tan grande que ha hecho cosas maravillosas.

Es triste que no pueda encontrar una metáfora lo suficientemente profunda que merezca juntar tu nombre con ella. Me impresiona.

Es por esto que te escribo con una pureza que solo el pensamiento libre permite.

Tal vez nunca vaya a ser el hombre perfecto, pero necesito saber que al menos lo intenté. Necesito que sepas que esto va más allá de las palabras. Decirte que te amo es simple.

Yo quiero mirarte que te amo, en esas tardes de pereza, con los pies entrecurzados mientras te acomodo el cabello detrás de la oreja.

Yo quiero tocárte que te amo, con una caricia cargada de amor, debajo de la polera y a lo largo de tu espalda. Erizárte la piel.

Yo quiero besarte que te amo, entre la multitud o solos en una habitación. Bajo la lluvia empapados o sobre las nubes acalorados.

Yo quiero escucharte que te amo. Dormir con el sonido de tu dulce voz en una noche de invierno. Que tus pensamientos sean míos, y que lo que yo piense sea tuyo. Estar para tí en los momentos altos, y en los muy bajos también.

Yo quiero decirte que te amo. Porque nunca será suficiente. Porque verte sonreír es la meta más importante para mí.

Y finalmente, yo quiero que sientas que te amo. Que sin importar qué pase, siempre voy a estar para tí, en cualquier situación. Quiero que confíes en mí y convertirme en tu soporte en el que puedas descansar cuando sientas que todo va mal.  Quiero ser lo mejor para tí, hasta que la plenitud y felicidad emerja de tu piel. Quiero ser tuyo para siempre, más allá de las palabras.

Vida y muerte de un parásito

Mi mayor logro es éste,

pues no me conocen por más,

nadie lo niega,

nadie lo desmiente.

¿Lo único que hago bien?

¿Será que no sirvo para nada más?

Nadie reconoce otras cosas.

No se elevan por sobre los edificios.

Esto es así, esto es asá.

Pasa un auto por la alameda.

Me lo dijo mi papá.

Y no le compro ni a mi mamá.

No entiendo lo que escribes.

A veces yo tampoco.

Aquél inventó algo insólito.

Y yo no tengo ningún éxito.

Empecé un proyecto.

Lo enseñé a mis pilares.

"Qué bonito".

Se acabó un proyecto.

Tú no lo ves.

Él no lo ve.

Ella a veces lo ve.

Nunca lo ves.

Mi mayor logro es éste

pues no me conocen por más,

nunca lo han hecho,

nunca nadie lo hará.

Quiero que cuando muera, en mi tumba escriban: "Aquí yacen los restos de alguien, pero no sabemos quién".

Amanecer

Todos tenemos nuestra propia forma de vivir.
Yo, por ejemplo, pienso en lo que vendrá.
Es algo que no puedo evitar.
Aunque quiera.

Por eso es que nace en mi uno de mis peores miedos.
Me asusta el hecho de pensar en los extraños del futuro.
En esas personas que alguna vez creíste conocer,
y que hoy ya no representan nada para mi  mas que un efímero recuerdo.
Un recuerdo que cada día que pasa se repite menos.
Mientras lleno los espacios de fantasías.

Esa primera vez...
Cuando vi el cielo más lindo de todos.
Un amanecer que al fondo de todo se asomaba mostrando un opaco naranjo,
mientras en el cielo se mezclaban el azul con el blanco de las nubes.
Me quedé pasmado.
Atrapado.
Despacio le susurré al horizonte,
aterrorizado de llegar hasta allá.

El sol nunca terminó de subir.
El sol dejaba una estela que se prolongó todo el día hasta el mismo horizonte.
Y sobre él,
la luna nunca dejo de estar
más brillante que nunca.

Al otro día me armé de valor
y sin pensarlo dos veces lo dejé todo.
Empaqué un poco de simpatía, cariño y energía,
pero el miedo quedó atrás.
Llevé conmigo miradas,
incluso llevé unas cuantas palabras,
pero el miedo no lo dejé atrás

Busqué la colina más alta y emprendí rumbo.
No importaba la hora.
No importaba el cansancio.
Tenía que ver de nuevo mi amanecer.

En mi cabeza pasaron días,
pasaron meses,
pasaron años,
pero nunca paré de subir.
Hasta que después de unos segundos no había más suelo que pisar

Estaba en lo más alto,
e imaginé nunca antes alguien debía haber estado allí.
Esta vez, mirando privilegiadamente, no susurré.
Esta vez le grité al horizonte,
y sin que nadie se diera cuenta
el horizonte me gritó a mi.

Desde ese instante lo supe,
lo sentí.
"Me quiero quedar para siempre".
Era mejor de lo que alguna vez había soñado,
y me daba miedo que se extinguiera.

Y hoy estoy aquí,
sentado en la cima de la colina.
Tengo una cama de hojas
y una fogata artesanal.
Así me aseguro de no tener fantasías,
y que en una extraña del futuro jamás se convierta mi amanecer.


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¿Está bien?

¿Está bien si te quiero un poco más?
Es que por ti podría romper el mar
¿Está bien si necesito tu amor?
Es que cuando me tocas me quema tu calor.

Y yo voy a estar bien
si te tengo como mi licor,
mientras sepas que estoy aquí
queriendo, necesitando de tu amor.

¿Está bien si necesito que lo sepas?
Lo que trato de decir no se puede explicar,
las cosas que me pasan a mi
son a todo momento un recordatorio de ti.

Y no importa cuan lejos estés,
porque aunque no pueda caminar,
y me demore todo un mes,
no te preocupes que ahí voy a estar.

¿Está bien se me quedo para siempre?
Es que de ti no hay nada que cambiar,
tú haces mi vida alegre,
lo siento mi amor, no me voy a despegar.

Sí, yo voy a estar bien
si porotitos me pongo a contar,
y te prometo que cuando llegue el tiempo
por todas las playas vamos a pasear.

¿Está bien si me quedo tu corazón?
Es que el mío se lo robo un ratón,
y aunque no lo quiero recuperar,
necesito otro al que pueda cuidar.


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Dinosaurios y culebras

En lo profundo de la floresta,
donde el caos es lo que reina,
se encontraron dos pequeños
uno sin brazos y otro sin piernas.

Se observaron entre ellos,
después miraron al resto,
y rápido como un destello
se fueron con un tímido gesto.

Mientras ambos caminaban
atrapando presas incorrectas,
los otros bichos los miraban
como heridas que se infectan.

Algo hubo que los atrajo
se sintieron como complementos
ella desde arriba y él por lo bajo
decidieron no perder más el tiempo.

Los dos juntos divisaron
una presa a lo lejos,
y en segundos lo atraparon
era un pobre conejo.

Entonces los pequeños
entendieron en su selva,
que no eran tan diferentes
el dinosaurio y la culebra.




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Ahora

Se me terminó la bebida, voy a comprar más. Muchos tenemos el afán de quedarnos pegados con el pasado. Cuando vemos que algo se acaba inevitablemente ponemos en cuestión lo que nos espera después. Claro, somos los únicos seres racionales que conocemos, nuestro objetivo en la vida es pensar, pero ¿realmente lo logramos? No es como si realmente no pudiera tomar agua.

Quiero escuchar otra vez la misma canción. Leo, pienso, grito, escucho. Me sobo los dedos, pienso otra vez. Me seco una lágrima, pienso otra vez. No me puedo sacar de la cabeza cuántas veces veo en un día a tanta gente sufriendo por cuestiones que -a mi parecer- son irrisorias. Cinco segundos de silencio insoportables, de incógnita, en los que casi se nos va la identidad buscando la canción, cinco segundos de un mal rato involuntario, olvidados cuando inicia la siguiente. Sonrisa.

Se me pasó la micro. El tiempo, el tiempo es el causante de todos nuestros malos ratos, el tiempo que todo lo mata. Me perdí. Allá viene otra micro. 

Tengo frío. Es divertido, tenemos una mente increíble y la desgastamos pensando en algo que ya fue, en la moneda que ya se gastó. Si todos nos concentráramos en ver más allá de nosotros, más allá del que esta a nuestro lado, más allá de la ventana de nuestra habitación, nos daríamos cuenta de lo que realmente es importante. Me levanto, me pongo un chaleco. 

Se cortó la luz. A toda velocidad nos movemos por la ciudad, tan rápido que no escuchamos a los pájaros, no vemos las nubes, ni recordamos la mirada que esa persona nos regaló hace un par de minutos. Es que hoy hay descuento en el supermercado. Soy el percusionista oficial de mi teclado. Prendo una vela, saco un papel, lo aplasto con un lápiz.

Hay una mosca en mi pieza. Lo detesto, todos tenemos el afán de recordar las malas experiencias, los ratos desagradables. Miento, no es un afán, va en nuestra naturaleza. La gente que trata de ser más amena -al igual que todo el resto- tiene que esforzarse por mantener en su memoria las cosas buenas de la vida por sobre lo negativo. ¿Cómo sería si nuestra forma de ser fuera al revés? Que todo lo agraciado de la vida sea lo primero en nuestra mente, y que haya que hacer fuerzas para recordar lo malo, sería ridículo. Abro la puerta, me tapo, cierro los ojos. 

Tengo tierra en el zapato. El pasado ya fue, el rencor lo inventamos nosotros, el miedo es natural aunque se puede suprimir. El futuro no existe, se fabrica. ¿Qué importa si llegamos tarde? Recordemos lo rico que fue dormir diez minutos más, recordemos lo rico que fue detenerse a saludar a ese viejo amigo. ¿Qué importa afuera hay una tormenta? Sal a la calle, tírate en el pasto mojado y siente cómo las gotas se deshacen en tu cara, mójate, resbálate. Vive el presente. Me saco el zapato, lo doy vuelta, me pongo el zapato.

Todo me sale mal. Escuchando música escribo, pese a que a veces el sonido del silencio acompaña mejor. Disfruto mi presente, abrazo lo que tengo. Me gusta esa mancha que dejé en el techo de la pieza hace unos años. Admiro el hoyo que hice en la alfombra cuando se me cayó un cigarro. Contemplo mi desorden de todos los días y recuerdo cómo cada cosa llegó a ese lugar. A mi cabeza se vienen los buenos momentos que pasé durante el día, todo tiene una buena historia. Veo por la ventana, hay cuatro edificios idénticos. Veo un poco más allá y diviso un cerro que me recuerda de dónde vengo. Lo importante es ahora, no ayer ni mañana. No lamento el pasado, no se puede arreglar el futuro, vivo ya. Todo me sale bien. 

Para escribir no hace falta música,

ni para hacer música se necesita escribir.

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En el cielo, en el suelo.

Una mujer de 65 años se pasea tarareando por su departamento del tercer piso, mientras la señora que va todos los martes a hacer el aseo  pasa la aspiradora en el comedor.

La mujer con una gran sonrisa, como si recién hubiese encontrado la calma, se dirige a la terraza con dos velas rojas para mirar el atardecer una vez más con su esposo, Robert.

Se sienta serenamente en el sillón frente a una pequeña mesa de vidrio. Estira su brazo y toma una caja de fósforos que usa para prender ambas velas y un delgado cigarrillo.

El cielo se comienza a tornar de un color rojizo y la mujer dirige la mirada hacia el horizonte, pero justo en ese instante siente en sus cansados pies descalzos algo. Baja la mirada y pega un grito que destroza la tranquilidad del momento y que hace volar a una bandada de pájaros del viejo roble al que el otoño le había quitado casi todas sus hojas; una pequeña araña caminaba sobre ella. 

Su empleada llega corriendo aterrorizada a la terraza con una escoba, y al ver lo que pasaba, intenta aplastar al escurridizo arácnido con el utencilio de aseo. 

Entre tanta desesperación, se escucha el sonido de un vidrio quebrándose, lo siguiente: un silencio ensordecedor, mientras la empleada mira con cara de pánico a la señora. 

En el suelo yacen las dos velas aún encendidas, junto a una vasija destruida y las cenizas de Robert desparramadas por todo el suelo. 




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Pisa fuerte

Hold on if you feel like letting go...


Pisa fuerte

Que no te la lean,
escóndela detrás
de un pálido gesto.

Que no te la vean,
ocúltala detrás
de tu enfermedad coronaria.

Pisa fuerte,
la vacante que se abre hoy
es el espacio que en tus manos sostienes.

Date cuenta,
que todos los días
pasas por delante de un tesoro.

Afirma tus oportunidades
y aprende a disfrutar,
que si lo haces sin cuidarte
todas ellas se van a escapar.

Rompe las reglas,
pasa del dos al cuatro,
sin que te importe
que te vean como a una tragedia del teatro.

Muévete rápido
pero aprende a frenar,
que lo que hoy no se puede
mañana puede cambiar.

Y si no entiendes nada
cuando te escribo, cuando te digo,
entonces no te quedes inerte,
solo te hace falta pisar fuerte. 



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Acércate y te cuento

¿Así que quieres saber por qué escribo hoy? Ven, toma mi brazo y te cuento.

 Las palabras negras se han desvanecido de la mente, junto a cada recuerdo que alguna vez provocó la explosión de alguna de ellas. Sabes, hoy no escribo para lograr desenredar la garganta, no amontono las letras para vaciar ese lugar que nunca hallé, ni mucho menos para llamar la atención del espectro de lo que alguna vez fue. Este día pongo a trabajar la cabeza con las ganas que una nueva visión me ha dado, una luz que no hace mucho se a cruzado en el camino, una -por ahora- tenue y diminuta luz, pero una luz al fin y al cabo.

 Sabes, mucho tiempo en un rincón se ha ido, y junto con él muchas oportunidades, oportunidades que gracias al destino perdí. Gracias al destino, sí, gracias... es que sin haber conocido la soledad del ermitaño, ni el hambre solitaria que destruye por dentro a los más perdidos, jamás habría caminado junto a las personas con las que camino hoy en día.

 Estuve extraviado entre los pensamientos de personas que no están en ti ni en mi. Fui un vagabundo comiendo migajas de pena y restos de aire que poco y nada de esfuerzo costaron. Navegué durante un año en una habitación de dos por dos sin encontrar la salida, sin siquiera encontrar un lugar para sentar el corazón ni posar la mirada. Hasta que desde una pieza cercana y desconocida una voz me obligó a salir.

 Despacio y muy tímidamente se comenzaron a entrelazar palabras con otras golondrinas, y volví a sentir la vida. Las piernas temblorosas, las manos frías, los ojos llorosos, las calles llenas, la mente ocupada, el nerviosismo de una hipotética negativa... Después de mucho experimentando meramente el humo de mi cigarro, empecé a sentir todo eso, y eso... eso es lo lindo de la vida, porque quien no está dispuesto a perderlo todo, tampoco lo está a ganar nada.

 Mira, si hasta en mi sonrisa hay vestigios de tu toque, esa única caricia casual que aunque no quiera por siempre recordaré. Sin saber quién eres, sin que sepas quién soy, la luz que me hiciste ver me ha salvado. En un principio la tristeza se asomó, cuando fui golpeado por el pensamiento de las innumerables oportunidades que perdí, junto a toda la gente que descuidé. Sin embargo, de pronto el sentido volvió y fui testigo de la revelación que, espero, el destino a otra persona también le haya entregado, otra persona que por algún motivo ahora está aferrada a mi brazo ¿Casualidad? No.

 Así que ¿Por qué escribo hoy? ¿Por qué después de cinco meses en los que mi pluma estuvo seca, hoy es un río de tinta? Hoy escribo gracias al destino, por las oportunidades que me hizo perder, las que si hubiese tomado, a pesar de haberme hecho bien, no estarías aquí... Aunque sé que realmente ésta no eres tú, mas solo una ilusión de mi conciencia. Acércate, yo no puedo.

 Solo un día, un encuentro le bastó al destino para subirnos al mismo bus juntos, en el mismo viaje, en un paseo infinito, el que quiero jamás se acabe. Gracias, aunque no lo sepas, y probablemente nunca lo hagas, hoy escribo por ti.





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La Puerta

La vida de una persona se puede resumir en una simple acción; abrir puertas. La mayoría de las veces puede parecer fácil, una inmensidad de oportunidades que aunque uno trate de no tomarlas igualmente llegan a nosotros como si estuviésemos destinados a atravesarlas, sin embargo, todos tenemos una puerta escurridiza que nos petrifica y mas nada podemos hacer que contemplarla desde lejos. 

La insolencia de nuestras emociones no tiene límites, y no es cuando aparece hasta que casualmente vislumbramos una puerta que realmente nos importa, que nos atrae y a la que por alguna extraña razón le agregamos un valor sentimental ridículo. 

Insolencia, sí, aquella característica de nuestra racionalidad que nos hace irracionales, que nos hace querer pero no poder a pesar de sí poder, que no solo nos hace caer cuando volando estamos, sino que también nos hace flotar con una tonelada de problemas encima en el mar menos denso existente. Jugando con nosotros como si no fuéramos uno, como si quisiera ver fracasar nuestras más íntimas y profundas añoranzas.

Pues aquí estoy... así estoy, así es como de seguro muchos estamos; atrapados entre la irreverencia de nuestros sentimientos y la escasa fuerza de voluntad que estos nos dejan.

Desde hace un tiempo que mi mirada se a posado sobre una puerta, una puerta espectacular, hecha de la más fina madera, con detalles dorados que hacen resaltar los dos zafiros más deslumbrantes que haya visto, y que adornan en perfecta simetría la parte superior de ésta. Una obra de arte, como si su sutil color crema fuera pintado por los ángeles.

Cada día que pasa la veo. Ya está acomodada en mi rutina, y es que cuando camino cerca de ella no puedo evitar mirarla por unos minutos mientras intento armarme de fuerza de voluntad, aún sin éxito y siempre buscando una solución alternativa para asomarme y mirar su interior, pero no sé que hacer... no tiene timbre.

Esa es mi puerta, esa es a la que quiero golpear, esa es con la que no paro de pensar, y la que sueño algún día atravesar. No sé que habrá al otro lado, quizás un precipicio del que no podré salir, o quizás una nube que me lleve directamente al cielo.

La puerta que quiero no sabe que la quiero, sin embargo la veo allí, algunas veces mirándome y dejándome sin saber qué hacer. La puerta que quiero no sabe que la quiero...




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Ver y mirar

Lo primero que vemos al despertar en la mayoría de los casos pasa desapercibido, como todo lo que está envuelto en nuestra rutina diaria, sin embargo, cuando abrimos los ojos en un lugar que desconocemos lo primero que a uno se le viene a la mente es: "¿Dónde estoy?" a pesar de que sepamos que nos quedamos dormidos en aquel lugar. La respuesta a la pregunta nos golpea rápidamente, en menos de un segundo recordamos todo y sentimos alivio, esa calma que solo nos brinda la acogedora vista de nuestra habitación. 

Lo que estoy contando surge de la idea de prestar atención a las primeras imágenes de nuestro día, y en lo que a mi respecta se ha hecho bastante difícil lograrlo, debido a que nuestra mente está tan vacía como las ganas de levantarse. Después de algunas mañanas intentándolo logré darme cuenta; casi todas las mañanas la primera imagen que mi cerebro recibe es una copia de la del día anterior: Mientras mi ojo derecho se encuentra enterrado en la almohada, el izquierdo se esfuerza por enfocar la esquina que juntan las paredes que rodean mi cama.

Luego de pensar un poco más detenidamente me dediqué a intentar no quedarme solo con esa imagen, puesto que no era únicamente necesario mirar, más bien lo importante era ver. Mientras me doy vuelta entre el torbellino de sábanas descubro que mi pierna derecha está atrapada, y luego de liberarla me siento en la cama. En mi pared me han observado toda la noche los gráficos de "Fallas de Mercado" que preparé para una prueba del semestre pasado (carrera anterior). "Hoy los saco", pienso por un momento para luego levantarme. Salgo de mi pieza, camino por el pasillo sobre el mismo tapete de todos los días, ordeno las sillas del comedor que por alguna extraña razón todos las mañanas amanecen como si hubiesen bailado por toda la sala, pero no es hasta después de eso que viene la imagen que más me llama la atención cada madrugada. Giro hacia mi derecha y me dirijo al ventanal que me separa del balcón. Lo deslizo para que entre aire al departamento y allí frente a mis ojos se encuentra exactamente la misma imagen que todos los días me hace pensar; una caravana de camiones haciendo fila a las 6 am afuera del supermercado esperando su turno para descargar sus contenidos. "¿Por qué me hace pensar tanto esto?" fue lo primero que me pregunté una mañana, y después de meditarlo un rato llegué a una conclusión. Yo, todo demacrado, con la cara derretida y aún muerto de sueño, que vengo recién levantándome no soy el único madrugador. Es más, los hermanos camioneros deben llevar por lo menos un par de horas despiertos para haber llegado hasta este lugar luego de ir a recoger el camión, luego la carga y finalmente llegar a hacer fila. 

Después de estar parado ahí por un par de segundos (que a esa hora son una eternidad) me doy cuenta de que tengo frío. Media vuelta y ducha, ropa, mochila, metro, estudio, almuerzo, metro, televisión, estudio, Internet, sueño, cama... nuevas imágenes.




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La nueva era

Si tan solo se me concediera un deseo pediría irme lejos de este lugar, intentaría llegar a otro planeta en el cual iniciar una nueva vida, sin problemas sociales ni miradas obscuras. 

Si se me concediera tan solo un deseo, destruiría el término "sociedad" de la mente de todos quienes me rodean, iniciaría una comunidad con nuevos principios e ideales, en la que cada persona aporte su ladrillo. No me interesa la cantidad, mas solo quiero calidad, un lugar en el que cada monopolio que exista sea absolutamente merecido, en el que no existan barreras, en el que nadie se creyera superior ni sobrestime la vida propia por sobre la de los demás. 

Solo para que conste, no estaría de acuerdo con una comunidad en la que todos seamos iguales, pues cada uno tienes sus méritos, y las recompensas de las personas deben ir estrictamente asociadas a su esfuerzo y trabajo, no como aquí, no como hoy. 

He estado en muchas batallas, he peleado contra tormentas efímeras, he destrozado cada uno de los objetivos que penetran en mi cabeza, sin embargo, sigo siendo el mismo personaje de siempre ante los ojos ajenos, sigo siendo un número en un papel.

Tal vez muchos no se den cuenta, lo mas probable es que la gente me vea como un simple ser humano que intenta subsistir en un mundo regido por normas y contratos sociales preestablecidos por personas en las que ni yo ni tú confiamos. Soportamos día a día dictaduras psicológicas, nos bañamos en un caldo de injusticias populares mientras los poderosos gestionan nuestra vida como a ellos les plazca, y simplemente ya no puedo mas...

Quiero un mundo en el que cada uno decida por su propia cuenta, en el que el poder de cada conciencia sea tomado en cuenta por el resto, en el que a nadie le importe lo que queramos y el egoísmo sea suprimido de cada rincón perceptible por el ser humano. Necesitamos un cambio radical, que conlleve una responsabilidad personal con la que cada uno de nosotros pueda convivir sin que nadie se entrometa en ella. Un lugar pacifico, lleno de gloria y soberanía independiente, en el que cada persona pueda delimitar sus pertenencias sin que otro se aproveche de lo suyo. 

Estoy harto de vivir regido por creencias jamás comprobadas, necesito, necesitamos un lugar mejor, un lugar en el que todos seamos iguales desde el inicio, y culminemos nuestras vidas diferenciados por nuestros méritos. Un lugar en el que podamos ser valorados por nuestras habilidades personales, por nuestros esfuerzos independientes, en el que todos contribuyamos a que todos tengamos una vista mas clara de la felicidad. 

Lamentablemente debo decir que no se puede, lo que somos hoy seremos mañana, y también al momento de nuestra muerte. La comunidad en la que vivimos está regida por un sinfín de algoritmos básicos (agregándose cada día más y más a una velocidad exponencial) que han hecho un nudo ciego en nuestra forma de convivir.

El ser humano es así, el ser humano es racional. Aunque queramos diferenciarnos los unos de los otros, al momento de nacer somos todos absolutamente iguales, sin embargo, aunque la raza humana vuelva a sus orígenes pasaría siempre lo mismo, la ley del más fuerte (en el sentido que sea, es decir, físico, psicológico, etc...) seguirá rigiendo siendo afectada por el esfuerzo de cada persona cada vez menos. 

Pero no nos preocupemos más, ya que aunque a corto plazo veamos nuestro futuro de manera catastrófica, algo está pasando, estamos experimentando el fin de una era, y es que la única manera de desenredar el nudo ciego que la sociedad a formado en el "sistema", es que este se rompa por completo, iniciando una nueva era, en la que, a pesar de que volveremos a enredar todo, será mucho mejor, será un nuevo inicio, una nueva era.




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Te has ido

La razón siempre puede más que las palabras, pero hay veces que los sentimientos simplemente pueden más que la razón. Mi nombre es José Tomás, y hoy mi corazón emergió hasta por sobre mi cerebro. 

La veo y no lo creo, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que su mirada atravesó la mía y éste día me he dado cuenta que todo sigue estando igual. Claro, yo sabía que llegaría el día, y como cualquier persona normal ya tenía repasado en mi mente una y otra vez lo que sucedería: mala idea. Esos momentos no se pueden planear, son imposibles de prever, y como era de esperarse nada salió como lo había planeado, absolutamente nada. Desconfiar de todos, sentir miedo; lo único que pude hacer durante ese par de horas. ¿Lo peor? (o mejor), nuestros caminos no se encontraron nuevamente, y nuestros ojos se clavaron en los del otro solo en dos ocasiones, que metafóricamente estuvieron acompañadas de un saludo y una despedida. 

Tantos meses que luché contra mi voluntad, tantas noches de velas y acordes, tantos sueños autoimpuestos para poderme levantar y tantos pensamientos omitidos… ¿Para esto? ¿Tantas lágrimas contenidas para esto? ¿Saben ustedes cuánto cuesta retener una lágrima?, personalmente es una de las cosas que mas me ha costado hacer jamás. En tan solo un par de horas mi corazón que pensé estaba curado por completo y mi personalidad que me había obligado a levantar hasta el cielo, se desmoronaron trozo a trozo, segundo a segundo. Todo lo que me había demorado meses, y quizás años en reconstruir explotó durante el día de hoy, cada palabra que surgía de sus labios era una bomba con dirección a mi pecho, por primera vez en mucho tiempo me sentí indefenso ante una presencia, y nuevamente la misma de toda mi vida. Entonces pensé.

Hay un millón de palabras que podría decir para hacerte volver, hace tanto que te has ido ya dejándome atrás, y aún recuerdo lo que me dijiste, estabas actuando muy raro. Es que tal vez yo estaba tan ciego para ver que necesitábamos un cambio, ¿Fue algo que dije para hacerte tomar otra dirección, para irte de aquí y dejarme frío? Si tan solo pudiera encontrar una manera de que estuvieras justo aquí, en este instante. He estado vagando por mi mente y no paro de encontrarte, he estado tratando de ser un hombre fuerte, y he llevado mis pensamientos al límite de la insano para poder tocarte otra vez, pero la verdad sigue siendo la misma, ya te has ido, hermosa, ya te has ido. 

Ahora estoy cansado de poner excusas, no va a cambiar el hecho de que te has ido, pero si tan solo supieras algo que yo pudiera hacer, por favor, házmelo saber. El tiempo está pasando tan lento ahora, supongo que así es mi vida sin ti, y tal vez podría cambiar muchas cosas que hago en mi vida, pero linda, al parecer no quiero ser nadie más ni pretender. Entonces simplemente encontraré otras cosas que hacer para distraerme y que mis pensamientos no te extrañen más, pero lo más duro es que mi corazón no puede decir que tú no me quieres más, por favor di que me quieres aún. Y yo sigo aquí tratando muchas cosas, pero la verdad sigue siendo la misma, ya te has ido, hermosa, ya te has ido.

¿Qué haría yo si pudiera estar contigo? ¿Quién tendría que ser? Dime por favor en qué lugar tengo que virar para poder dejarte atrás. Ahora que ya estamos lejos hay algo que no puedo dejar de preguntar, esto va más allá de la razón, extraña ¿Sigo yo en tu corazón? Y a pesar de todo no sé cómo no logras ver que necesito conmigo a todo tu ser. Y yo sigo aquí, llorando para adentro, pero la verdad sigue siendo la misma, te has ido, hermosa, te has ido.

Es así cómo pasa otra noche en vela, otro momento de reflexión que se va mientras recojo todos los pedazos de mi corazón, después de tantos meses, sigo aquí, y aún no logro encontrar suficientes estrellas para formar una constelación que te pueda regalar…

Inventemos una canción

Ya no escribo bebiendo el agua que solía estar en mi vaso, estaba rancia, así que la cambié.
Los sentimientos no cambian, su mirada si.


Inventemos una canción

Inventemos una canción
que resuma en unas cuantas palabras
el desenlace de este hermoso amor.

Que al instante de oírla
reviva la llama,
te llene de dicha,
el corazón te estalle,
y funda nuestras almas.

Aunque no creo que en una canción
se pueda capturar
este sentimiento divino.

Si las palabras ya no bastan,
si desear no significa triunfar,
si la confianza no se puede recuperar,
¿entonces qué?

Hilemos con cariño una canción,
que con notas del alma
nos indique el sendero,
que acorte las distancias
y tranquilos nos deje soñar,
que exprese lo imposible
y que deje en manifiesto
este sincero amor,
este amor como pocos,
este más que amor...

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Pensemos

No todo lo que parece basura lo es.
Generalmente los prejuicios están en lo correcto, los que se equivocan suelen ser los prejuicios prepotentes.


Pensemos

Pensemos en nuestra historia
llena de bajos y de glorias,
muchas veces llena de felicidad
pero existe un cupo para la crueldad.


Pensemos en nuestros días
juntos desde que me mecías,
en los que todo lo que me decías
tenía otro significado, otra cobardía.


Pensemos en las amenazas
prepotentes y cada vez más frías,
que a gritos mudos en la casa
se rebelaban contra mi porfía.


Pensemos en nuestro presente
que al parecer está ausente,
porque aunque yo no te lo comente
ya no soy un adolescente.


Pensemos en nuestro futuro
que a veces veo tan obscuro,
ojalá pasemos pronto este muro,
que a mi parecer es lo más duro.

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Carencia radical

Es extraño, ¿han sentido que están absolutamente seguros de algo sin saber cómo? Así estoy, sin duda pero con mucho miedo.

Solo busco unos ojos que vean más allá de la piel.


Carencia radical


He perdido algo, 
me falta inspiración,
mis palabras no las junto,
me falta esa emoción.


Pasan días sin abrazos,
pasan noches sin calor,
y esto es para pedirte,
solo un poco de tu amor.


Yo sé que no nos conocemos,
y tal vez nunca me mirarás,
pero hoy apareciste en mis sueños,
y no me soltaste jamás.


Lo puedo ver en tu mirada,
lo presiento en tu actitud,
por eso sé que estas cansada
de buscar entre la multitud.


También sé que es muy raro
no tener a tu otro para abrazar,
pero permíteme dejarte claro,
que a solo dos puestos me podrás encontrar.


Es por esto que yo te pido
un segundo de tu atención,
para que puedas conocerme 
y comenzar nuestra canción.

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Prólogo de un cambio

Prólogo de un cambio

Él, un chico normal, de tez blanca, ojos y pelo claros. Ella, una chica hermosa, de tez blanca, ojos y pelo claros. Durante un atardecer en el sur del mundo, iban ambos tomados de la mano caminando por la playa, mientras los colores anaranjados iluminaban el lugar, y la suave brisa agitaba el ligero vestido que ella traía, el jóven nostálgico lanza unas palabras al viento. "¿Recuerdas cómo nos conocimos?", la chica con una pasiva sonrisa, y una mirada tan delicada como el pétalo de una rosa, lo mira y le responde. "Si, nunca lo voy a olvidar, nosotros entre ese grupo de gente jamás pensamos que en el futuro estaríamos así.".

Ellos se conocieron gracias a amigos en común, que los juntaron como si el destino lo quisiera así, aunque ya se habían visto meses antes, cuando se dieron cuenta que estaban encerrados en la misma habitación. "Si, pero esa no fue la primera vez que hablamos." dijo él, quien con solo haber cruzado un par de palabras reconoció la pureza del aura de la chiquilla, a quién creyó conocer de inmediatamente como la palma de su mano. "Fue aquella mañana en la que, quizás sin pensarlo, escondiste tras tu espalda mi mirada.", ella, risueña recordó. "Tienes razón." dijo, mientras soltaba una caricia.

Aquella mañana, de la estación de las tres cuarta vocal, él había perdido algo que no estaba en el lugar que lo había dejado, entonces se acercó a ella. "Disculpa", le dijo avergonzado mientras le tomaba el brazo con cuidado, a lo que la chica responde dandose vuelta, soltando la sonrisa más dulce que él jamás haya visto, y mirándolo con unos ojos profundos. Era la primera vez que la veía  sonriendo desde siempre, una imagen que el jóven jamás pudo olvidar, y casi no reaccionó cuando ella saca el objeto celeste de su espalda y se lo entregaba. El chico se quedó pasmado por días, meses y quizás años interiormente, vió la tranquilidad absoluta pasar frente a sus ojos, hasta que reaccionó, incrédulo se dió mediavuelta, y se fundió con las paredes. Él nunca supo cual fue la reacción de ella al marcharse, pero si se dió cuenta inmediatamente de que algo existía entre sus miradas, entre sus pensamientos. Inexplicablemente, ese fue uno de los días más tranquilos y felices que tuvo hasta hoy.

De súbito y sin previo aviso, la visión del chico se comenzó a nublar, y sin entender lo que pasaba frente a él, observó como su mujer se iba deslizando sin movimiento propio, hacía el sol que se ocultaba en el horizonte. Gritó, saltó, corrió e intentó nadar hasta el espacio exterior, sin embargo no la pudo encontrar. Entonces exhaltado se sentó a esperar que saliera el sol nuevamente.

Desde aquella ocasión, no volvió a descansar jamás, y pasó décadas recorriendo el mundo en busca del sol. Vivió toda su vida bajo una abrhumadora oscuridad que lo asfixiaba sin piedad, y a pesar de aquello no se rindió, hasta que un día en esa misma playa perdió la oportunidad de ser feliz. Se dió cuenta de que algo en su interior le decía que debía escapar. Él, cobarde, corrió,  ya venía el amanecer...

Agitado, entre un torbellino de sábanas, transpirando a más no poder, despertó. Después de respirar un poco el aire de madrugada, observó desde su balcón como el sol se asomaba iniciando un nuevo día, que se convirtió justamente en el día que por primera vez se atrevió a hablar con la chica de sus sueños.

Es mejor intentar y fallar, que no saber qué hubiera pasado si no aprovechamos las oportunidades que la vida nos da.

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Compilado de microcuentos.

En orden del que menos me gusta al que más me gusta. Estos son los microcuentos que envié a "Santiago en 100 palabras" y no quedaron.

Noche

Otras ciudades sueñan con poder sus calles iluminar, mientras que nosotros solo añoramos que alguna vez las estrellas nos puedan deslumbrar.

Coliseo

Desde el palco en La Dehesa, nos miran las figuras más importantes de este Imperio. Disfrutan la ardua lucha que se disuputa en el recinto de decenas de kilómetros de largo y ancho. Levantamos tanto polvo que no desciende hasta que la llovizna lo obliga. Alborotados en esta llanura con obstáculos, intentamos terminar el día con el miedo de toparnos con un guerrero del sector occidental imperial. Mientras tanto, los suertudos que consiguieron entrada, nos observan desde las galerías "Cerros Norte", "Cerros Occidente" y "Cerros Sur", disfrutando del sufrimiento ajeno mientras se relajan en su día libre.

Parasol

El señor Subercaseaux iba todos los días a su empresa, manejando su lujoso vehículo del año. Un día, lo encontraron sin vida en el estacionamiento junto a su coche. Después de un arduo interrogatorio a todos sus empleados, lograron dar con la grabación de seguridad de un supermercado que estaba al frente. Finalmetne se supo que murió rostizado, justo después de abrir la puerta de su auto. Se había olvidado de poner el parasol en el parabrisas. 

Bienvenida

Un joven provinciano, llegando a estudiar a la ciudad, se encuentra boca arriba a un costado de la calzada. Frente a él descansa el bus en el que viajaba partido en dos; una oruga gigante lo devoraba. A su derecha, el caos perturba a los transeúntes mientras que el Cabo Vergara intenta separar sin éxito a dos hinchas archirrivales que discuten sobre astronomía. Tras él, un encapuchado alejándose con una mochila idéntica a la suya, y al mirar a su izquierda, una viejecita indignada le pide su firma para postularse a la presidencia durante las próximas elecciones.

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Epílogo 1

No recuerdas la última vez que pensaste en nosotros, no sabes cuando te dí aquel beso, no tienes idea de la herida que dejas aquí, no recuerdas la última vez que me hiciste sonreír, no sabes dónde te abrazó mi primer "te quiero", no tienes idea de lo que gusta de mí, ni sabes si es que ya me has borrado de tí.

¿Por qué no lo recuerdas?, la razón por la que me quieres, ¿por qué me has hecho un fantásma?, de las caricias que ya no podrás sentir, los caminos que no podrémos recorrer, las llamadas ya no vas a recibir, los mares que nunca más navegaremos, de las ventanas que nunca más abriremos, y de las tibias siestas de las que con una sonrisa despertábamos.

Yo quise ser el olmo que peras te entregara, al que no le importaba si lo tenías que derrumbar, para que tu algún precipicio pudieras que cruzar. Intenté ser el cojín sobre el cual siempre cayeras, y el parche para cualquier dolor que tu recibieras. Sin embargo, ya es tarde para todo aquello o para todo lo demás, una historia que en el pasado ha quedado y todos los clavos que con esfuerzo puse, no están, no sé por qué los has sacado.

Ya nada de eso importa, y no lo digo resentido, simplemente no se pudo, lamentablemente se te fue. Si bien es cierto que nunca logré comprender, y fuiste un libro que no terminaré de leer, espero que seas feliz, que otra persona te cuide, ojalá mejor de lo que yo lo pude hacer. Esto es solo para hacerte saber, que mi parte en el cuento ha acabado, aunque no lo pueda creer, lo nuestro se ha destrozado.


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Mi verde enemigo

Espero les guste, espero críticas.

Con el televisor frente a él aún encendido pensaba en como derrotar a su enemigo. Mientras tanto los destellos de luz en el horizonte lo desalentaban anunciando hilarantemente que una nueva jornada de lucha comenzaría pronto.

Después de haber dormido lo suficiente se despertó abrumado por un calor que le quemaba al respirar, y un apetito que ni un náufrago había antes experimentado. Dispuesto a almorzar pero no sin antes detenerse a pensar en su novia, se dirigió a la cocina y movió un par de ollas y condimentos. -Por fin- se dijo tras terminar de molestar a los vecinos que hacían su siesta del mediodía.

Ya con el estómago en silencio, emprendió su viaje a la ducha, lugar en el que tanto sus mejores ideas, como las más espantosas han surgido (evidentemente antes, durante o tras el concierto de rigor para su colección de cepillos de dientes).

Finalmente después de terminar lo esencial del recién levantado recuerda que vive en un mundo en el que todos dependemos de todos (en el que los ciegos no ven y los delincuentes usan corbata) y con temor a tener alguna llamada perdida se acerca a su celular y sin asombrarse ve cómo un par de recados cambian el resto de su día para mal; de tranquilo a molesto, de alegre a tenso, de libre a perdido.

El resto de la historia realmente no importa, el día sigue y termina igual. La única diferencia es que el muchacho está exhausto tanto física como mentalmente de tanto luchar contra su enemigo.

Ya cuando la burla del sol se agota, nuevamente llega la paz y él enciende el televisor, sin embargo mira hacia otro lugar. Nuevamente se dispone a pensar en cómo derrotar a su enemigo, que lentamente va eliminando cada gota de amor por él que queda en el corazón de su novia. ¿La conclusión? A pesar de que el verde sea un color muy bonito, no se puede entrometer en un lugar dónde abunda el sentimiento rosa.

Fin.

No me hagas repetirtelo.

Noche sin velas ni acordes.

Otra noche se ha ido, otra desgraciada madrugada se me ha escapado entre los dedos, y yo nuevamente me encuentro aquí, arrodillado ante la sociedad. Y es que me ha sucedido algo que nunca pensé que me volvería a pasar, el destino no ha dado su brazo a torcer y me ha derrumbado evidenciando que mi fortaleza ante lo inesperado, si bien ha mejorado, sigue siendo minúscula.

Mucha gente se podrá dar cuenta de que ya algunos de mis actos no tienen sentido alguno, y que mis sonrisas son más generosas, y mis lágrimas son escasa, me he vuelto frío. Yo me pregunto, ¿será esto normal? ¿Será algo bueno intentar ser introvertido cuando estoy a punto de explotar? Tal vez necesito cambiar de aires, es más, tal vez debo cambiar la luz de todas las velas que me han alumbrado estos últimos años.

Ayer a la guitarra se le cortó la quinta cuerda, aunque esta sigue aún tensa, pero solo por un delgado hilo metálico que pareciera aferrarse con todas sus ganas a la idea de seguir deleitando con su música a quienes oyen.

En esta vida somos todo y nada al mismo tiempo, metafóricamente hablando claro, a mi juicio, estamos hechos para ser lo que queramos ser. ¿Quiénes son ustedes? Es su decisión, y díganmela por favor para saber en qué nivel de atrofiamiento se encuentra mi cabeza hoy en día. ¿Quién soy yo? Por hoy solo soy la quinta cuerda cortada de una guitarra, que además ya no es mi guitarra, ha dejado de sonar.

Noche de velas sin acordes.

Lo que guarda un corazón

Ese momento único en el que te das cuenta que nada más importa.

Esta es una lágrima especial, pura, llena de orgullo que no solo recorre mi mejilla. Tal como esta he tenido decenas, llantos, alegrías, desilusiones, tormentas y esperanzas, cada una de ellas guardada dentro de lo más profundo de mí, tan escondidas que ni las personas que más quiero alguna vez las encontrarán. Una lágrima como esta es un regalo, el mejor que se pueda recibir, una lágrima como esta vale una vida entera. Y es que esta no es una lágrima cualquiera, es que no solo recorre mi mejilla, esta es la más especial que me han podido regalar, que después de alcanzar mi cuello desciende por mi pecho, abdomen, muslo y rodilla, hasta llegar a mis pies. Estas una simple lágrima, una solitaria lágrima, que se derrama y cae, y tal cual como lo hace el amor, se ramifica y cubre todo mi cuerpo...

Hay poca gente que me conoce, dudo que mis propios padres sepan lo que realmente es importante para mí. Es más, dudo que alguien en este mundo lo sepa, pero si hay alguien que puede saberlo es quien se da el tiempo de pensar en los porqués de mis acciones, es quien entiende y más aún, quien me apoya, esa persona sabe quién es. A pesar de todo, sé que soy complicado, y que mi mente es casi imposible de entender. Solo yo tengo la culpa de aquello, nadie más.

Esta lágrima que mi cuerpo acaba de absorber es la más linda que he podido tener. Gracias, muchas gracias por el regalo más lindo que alguna vez alguien me haya dado.

P.S: _ ____ ___

El perfume de Beú

Espero les llegué, espero les guste, espero les sirva, especialmente a ella.

El perfume de Beú.

Tocó el timbre, me saluda un rostro nuevo, nos presentamos y cruzo el lumbral de la puerta. Saludo amistosamente a quien quiera que vea, no falta el abrazo afectivo de algún viejo amigo, ni tampoco el tímido "hola" que sale de tu boca al momento de referirte a una persona que es nueva para ti. "Ella debería estar aquí"; usualmente es lo primero que pienso luego del incomodo silencio que emana del suelo. 


No conozco a muchos y me siento en una esquina agotado por la caminata de hace un instante. Medito durante un par de minutos, ella está presente en muchos de mis pensamientos mientras el tiempo pasa. Me doy cuenta de lo raro que me debo ver sentado solo, tranquilo y perdido mientras todos gritan y llenan sus estómagos de resaca. 


Me levanto, nuevamente con timidez pregunto a alguien que conozca por un vaso y hielo, destapo la botella y se abre la caja de Pandora. Me congelo la mano y comienzo a beber, socializo de vez en cuando mientras me doy cuenta de que la extraño. No puedo llamarla, no sería correcto dado que por ahora sé que no me necesita y solo causaría más silencio. 


Ya las conversaciones fluyen por aquí y por allá, se forman los grupos y no faltan los osados que encuentran una aventura con otro aventurero. Surgen recuerdos, risas y lamentos, hablo por igual ya sea con amigos, conocidos o rostros nuevos, todo va saliendo muy bien y me divierto. 


En un abrir y cerrar de ojos mi cerebro se paraliza, algo me llama, me guío por el olfato y mi cabeza apunta a una joven sentada a unos metros, es un aroma familiar que me roba una sonrisa y me hace recordar. Aquella muchacha está usando el perfume de Beú, y me obliga nuevamente excavar en mi triste corazón para encontrar la felicidad, para encontrar ese sentimiento que he intentado suprimir para no causar ningún problema, y con todos poderme distraer. Me doy cuenta de que aquel aroma no durará para siempre, y es ahí cuando ya no me importa nada, más mis sentimientos me controlan. Me levanto y me acerco a preguntarle sobre aquél perfume, y como si fuera el destino ella lo saca desde su bolso. Junto a una sonrisa y un poco de emoción, se lo pido amablemente para rociarlo en mi antebrazo, y junto con un "gracias" me retiro a esa misma esquina con mi vaso a medio llenar. Aunque suene tonto, me siento más tranquilo, me siento acompañado de ese aroma familiar, me detengo cada unos minutos, no importa dónde esté ni el tema de conversación, solo para oler mi antebrazo y con mis ojos cerrados emprender un viaje que por unos breves segundos mi corazón llenará. La veo, la siento, la respiro, sus ojos acaramelados me acarician con solo mirarme, sus labios tocan los míos con solo pensarlo. Salgo del trance con una palmada en la espalda de algún buen amigo sorprendido por mi desconexión, y con voz de apoyo me dice "sé en quien estás pensando". Yo, a poco de ahogarme en la nostalgia, salgo con el aliento de mi compañero que me obliga a seguir disfrutando. 


Ya mi vaso está casi vacío, y no soy como cuando llegué a aquel lugar, todo cambia, las conversaciones son distintas, los abrazos mas cariñosos y los roces más violentos, pero no importa lo que pase, durante todo el tiempo permanece el sentimiento, ella siempre está presente, aunque lejos esté, aunque conmigo no esté. 


Comienzan a retirarse los primeros derrotados de la noche, algunos caen vencidos por el sueño, pero otros aún atentos siguen el griterío. Ya he ido al baño tres veces, y siempre que voy de salida, miro en el espejo y pienso en lo hermoso que se vería todo si ella abrazando mi brazo estuviera a mi lado. 


Ya otra vez en el mismo asiento de la esquina me doy cuenta que mi vaso está vacío, lo dejo a un lado y sigo observando lo que sucede a mi alrededor. Los grupos han cambiado, y los aventureros han desaparecido, lo más probable en alguna habitación. 


Finalmente, después de horas de fiesta, los más prendidos se retiran, todos vencidos por el alcohol, cabizbajos sabiendo lo que les espera a la mañana siguiente. 


Mientras sigo observando como todo y todos desaparecen, decido que a mi me ha llegado el momento de dormir, y justo antes de salir recuerdo lo que sucedió, y lo que podría haber sucedido si ella hubiese estado allí conmigo. 


Emprendo el rumbo de vuelta a mi cama, y mientras camino  huelo mi muñeca, el aroma me invade nuevamente y en un abrir y cerrar de ojos estoy acostado, mirando hacia el techo y pensando en su amor. Luego de unos minutos de buscar alguna manera para que ella me vea, exhalo profundamente, el aroma del perfume de Beú me tranquiliza aún más y de a poco me voy quedando dormido, con la esperanza de que esa noche nuevamente la vea en mis sueños.

Fin.

Nadie puede saber lo que uno siente mientras no lo digas, pero cuando habla el corazón es imposible resistirse. 

Mis acciones no necesariamente representan mis sentimientos, más puedo expresarlos mejor.

(Claramente obvié algunas locuras de la noche para darle más sentido a este texto, pero básicamente esto es lo que me sucede en una junta con gente, es lo importante, es lo que siento).

Otro mundo

Gente mentirosa, intolerante, cínica, vengativa, orgullosa, prejuiciosa, prepotente, hipócrita, dominante, posesiva, avara, egoísta, y muchas más, sobran en este mundo. En esta porquería de sociedad todos hablan de razas, clases o cualquier diferencia estúpida, la mayoría se llena la boca con palabras necias atacando a quienes son distintos a ellos. Les tengo un mensaje a todos ellos, las únicas personas que sobran aquí son ustedes.


Otro mundo

Quiero un mundo de verdad,
en el que todos podamos volar,
donde todos seamos libres,
y nada tengamos que perdonar.


Sueño un mundo dado vuelta,
en el que todo es diferente,
donde el amanecer es color magenta,
y el sol realmente esté caliente,


Busco un mundo inexistente,
en el que todo sea honestidad,
donde todo es transparente,
y no exista la maldad.


Añoro un mundo totalmente puro,
en el que abunde la bondad,
donde hasta el último suspiro,
sea nada más que la verdad.




Dedicado a toda la gente basura que hace que este mundo no sea como el anteriormente mencionado.

Desastre

Justo ahora tengo tantas cosas en la cabeza que realmente no sé como explicarme sin causar tremenda confusión. Ojalá que alguien pueda entender los siguientes versos, porque creo que esta vez, ni yo sabré lo que voy a escribir, quién sabe, quizás sale algo bueno.

No sé que es peor
que no me quiera creer
o que no me quiera entender

Perdón, hoy no puedo escribir, realmente aquí arriba hay algo mal. Creo que lo único que puedo resaltar de este intento, de este día, es que ahora casi con certeza sé que algunas personas, por no decir "alguna", escuchará mi última palabra pronto.

Corazones de papel

Guarda las películas para mí, ya verás que funcionará...


Corazones de papel


Corazones de papel,
tan frágiles como aquel,
son difíciles de encontrar,
pero fáciles de amar.

Corazones de papel,
complementarios como el laurel,
son escasos en este lugar,
pero los mejores, sin dudar.

Corazones de papel,
exquisitos como la miel,
que deben siempre seguros estar,
para con otros poderse juntar.

Corazones de papel,
decorados con un pincel,
hermosos por doquier,
solo uno puedo ver.

Corazones de papel,
escondidos tras un panel,
que buscan otros como ellos,
un corazón que sea fiel.

Corazones de papel,
que se esconden bajo su piel,
no importa el cuidado necesite,
yo solo quiero aquel.

Por @JTPervan

Hogar

Tantas luces en otros departamentos me hacen ponerme a pensar...

Hogar

El sol indeciso,

la energía latente,

los sonidos alternativos,

la temperatura cambiante,

los aromas que vienen,

las historias que van.

Este es mi hogar,

donde la sombra no existe,

pero abunda la obscuridad.

Miro hacia afuera,

y veo tantas luces,

tantas personas llenas de felicidad,

que se asoman por sus ventanas

para como yo, calmar su soledad.

Duermo para acortar el día,

vivo para calmar la inquietud,

me levanto cuando ya es tarde,

y siempre caigo entre la multitud.

Ignoro los recuerdos de antaño,

me paseo por las piezas, por los baños,

mato días golpeando al viento,

mato noches con ocio y testamentos.

Este es mi hogar, 

donde la energía no falta,

pero abunda la soledad.

Mentiras del Imposible

Sugiero leer escuchando http://www.youtube.com/watch?v=Mkh2qe6-t_4.

00:24 Am.

Dicen que la confianza es lo que más cuesta recuperar, dicen que las estrellas son imposibles de calcular, dicen que nuestros brazos nunca se podrán entrelazar. Tal y como yo lo veo, en este mundo se dicen muchas cosas, muchas cosas que limitan todos los sueños que una persona pueda tener.


Quizás no exista la perfección, y en tranquilidad nunca nos podamos ahogar por completo. Tal vez podamos caer muchas veces, pero siempre nos podemos levantar. A lo mejor a cada minuto tengamos que sufrir por errar, y quizás algunos lazos nunca podremos terminar de apretar. Puede ser que no se pueda evadir una tormenta, y bajo la lluvia algunos días tengamos que caminar. Lo más probable es que siempre existan cosas que solos no podamos superar, y que sin ayuda nunca vamos a poder olvidar. Muchos días en solitario tendremos que aguantar, muchas noches de frío vamos a tener que soportar, y algunas veces no tendremos a nadie para con las estrellas soñar. Algunos momentos de impotencia, frustración e incomodidad serán los que nos harán llorar y preguntarnos ¿Por qué por esta situación tendré que pasar? A veces la adversidad nos atacará y por algún tiempo no nos va a dejar, y quizás nuestros sentimientos no podamos controlar. Tal vez en un bosque nos vayamos a perder, o que varios días no tengamos qué comer. Puede ser que no nos podamos mover, y que sea imposible evitar caer. Quizás la felicidad no la podamos beber, ni nuestras imperfecciones podemos eliminar. No siempre el futuro podremos ver, y lo que nos depara si intentamos correr. Nuestra melodía podría decaer, y que con mucho esfuerzo tengamos que escuchar. En un cuarto obscuro nos podemos encontrar, con solo una tenue luz para podernos iluminar. En un abismo atrapados a veces vamos a estar, y para poder escapar mucha distancia tengamos que escalar. Lejos de lo familiar otras veces lloraremos, y nadie que esté cerca nos podrá consolar. Lamentaremos mucho el no poder volar, porque nunca del destino podremos escapar. Pero...


Pero ¿qué importa? no me importa la perfección no encontrar, porque sé que si estamos juntos es más fácil cerca de ella poder llegar, y los momentos de tranquilidad siempre nos van a apaciguar. No tengo miedo a poder errar, por que tengo a alguien que siempre me va a iluminar, y contigo este lazo nunca dejaremos de apretar. Mucho menos me importa si bajo rayos, truenos, lluvias y relámpagos tengo que caminar, si acompañándome a mi lado tu vas a estar. Quizás la distancia tengamos que soportar, y que separados por miles de kilómetros nos tengamos que extrañar, pero tarde o temprano el reencuentro va a llegar, y nuestro cariño por el otro mucho va a aumentar. Quizás noches estrelladas no podamos contemplar, pero qué me importa si cuando cierro mis ojos eres la única estrella que hace a mi alma brillar. Muchas veces nos vamos a preguntar si algunas cosas merecemos soportar, pero realmente me tiene sin cuidado, si puedo a tu lado estar, mi fortaleza se multiplica y hasta a la muerte puedo confrontar. No me interesa si la parepotencia no podemos controlar, es solo una muestra de todo el enorme sentimiento que entre los dos late sin parar. No me importa no tener qué comer, es que de nuestro amor nos podemos alimentar. No le tengo miedo al futuro no conocer, si todo es más emocionante y corriendo juntos lo podemos alcanzar. No me preocupo si nuestra melodía pueda decaer, porque estoy seguro, seguro de que aunque ésta se debilite, nunca en esta vida se dejará de escuchar. No me importa si en la obscuridad me llego a encontrar, porque si existe una luz, por más tenue que sea, tu, la luz de mi vida, todo rincón puedes alumbrar. Tampoco me importa si atrapados podemos estar, porque sé que juntos cualquier situación podemos superar. Y de todo esto el destino es lo que menos me debe preocupar, porque al igual que el tuyo, el mío en tu corazón debe estar.


No existen los imposibles en este mundo, si te sientes atrapado y sin salida, si todo es adversidad no te preocupes, relájate y por ningún motivo dejes que los sentimientos te dejen llevar. Piensa en aquella persona, en aquel recuerdo, en aquella cosa, en ese minuto que te entregó tanta felicidad. Respira profundo y vuélvelo a intentar, porque nada es inalcanzable, y nada en este mundo nos impide soñar.

1:53 Am. [Fin]

Dedicado a mi estrellita, que sin ella muchas cosas no podría logar. Te quiero.

Mi estrella

Déjate llevar.


Mi estrella


Quiero mirarte y nunca parar,
para contarle a las estrellas,
que gracias a ti,
la Tierra brilla más. 


Quiero que vean
lo que es el amor,
que en este lugar, 
existe una de ellas,
que además de volar,
acompañada puede estar.


Para que todas ellas
me tengan envidia,
de tener a la más linda,
de todas las estrellas.


Quiero abrazarte
y nunca soltarte,
hasta no poder más,
y seguir en el cielo,
para ver si allá existe
una forma de hacerte saber cuanto te quiero,
porque en este mundo no la hay,
no existe tal manera.


Le doy gracias al universo,
me ha hecho el más afortunado,
por tener aquí a mi lado,
a la más bella de todas las estrellas.


.

Dame un abrazo

Escucho el sonido de las olas. El estrés no es necesario, la prepotencia trae problemas, el enojo le hace mal a la mente. Desde que decidí relajarme, sea cual sea la situación, la vida no para de entregarme buenas sorpresas.

Te doy un consejo, sea lo que sea que suceda en tu vida, aunque creas que el mundo se va a acabar, o que una barrera no puedes superar, ríete y piensa ¿qué importa?, luego sigue disfrutando tu vida y sal adelante, mira que nada es imposible.

Dame un abrazo

El amor está lleno de sorpresas,

Algunas buenas,

Otras malas,

Y si algo he aprendido,

Es que de ninguna puedes escapar.

A medida que crecemos

Lo importante sale a la luz,

¿Qué importa si todos la miran?,

¿Qué importa si se enoja mucho?,

Al fin y al cabo,

Te das cuenta que estás enamorado,

Que sus virtudes te encantan,

Y que sus defectos

Para ti son virtudes.

Si en algún momento te sientes sola,

Si en algún defecto los dos nos perdemos,

Si con alguna insignificante pelea nos tropezamos,

Solo cállate y dame un abrazo.

Cierra los ojos y siente mi piel,

Acaricia mis brazos y siente el calor,

Desaparece en lo profundo de mis ojos,

Olvida todo y déjate llevar,

Como sobre una balsa en el océano,

Como sobre un ángel en el cielo.

No existen palabras

Para describir lo inútil,

Para plasmar lo ridículo

Que es ver a dos entes,

A dos personas que se quieren

Peleando, desperdiciando su tiempo,

Su confianza, sus besos

En un intercambio de palabras sin sentido,

Palabras de prepotencia,

Palabras que son basura.

Y por eso, si en algún momento

Sientes que quieres gritar,

Sientes que ya no lo soportas más,

Que algo va a salir mal,

O que en cualquier minuto vas a explotar,

Ya sabes qué hacer,

Porque nuestro tiempo no queremos perder.

Solo cierra los ojos,

Siente la calidez de este simple hombre,

Y fundamos nuestros cuerpos…

Mírame, dame un abrazo.

Invencible

¿Después de la tormenta sale el sol?. En mi caso después de la tormenta, una era del hielo, lágrimas invisibles, lluvia de meteoritos, búsquedas inservibles, errores espantosos y el armagedón... comienza a salir el sol. Todo tiene su precio, y dependiendo de cuánto estemos dispuestos a pagar por lo que queremos, podemos encontrar lo que estamos buscando. Nuevamente, en mi caso, estuve dispuesto, lo pagué, y casi me desvanezco en el intento, sin embargo, encontré lo que buscaba... y es lo mejor que se me puede ocurrir cada mañana cuando me despierto.

Si alguien, si alguien que nunca confió, si alguno de los que me intentó sacar del camino que quería porque todo parecía imposible me preguntara si tanto mal valió la pena, respondería con el "si" más grande que diría en toda mi vida. 

Porque ella era todo lo que buscaba, todo lo que necesitaba para poder conquistar el mundo, y es que ahora soy invencible, y nada me puede derrotar.

Invencible

En silencio observo,

Sin que nadie se dé cuenta,

Que mis ojos en ti descansan,

Que mis sentimientos en ti encuentran.

Mi tiempo pasa más rápido,

Es como si de mi pausa

Alguien me hubiera sacado,

Entregándome una caricia,

Una cintura,

Un posabrázos.

La vida me acoge

Con un cálido presente,

Un pálido problema

Que cerca de su piel,

Los colores aplastan,

Lo destruyen.

Porque cerca de sus brazos,

La vida es increíble,

Y cuando quiero hacer algo,

Gracias a ella soy invencible.

Porque lejos de sus brazos,

Me dan ganas de saltar,

Por mi ventana saltar,

Y con estas alas a la suya llegar.

Para verla un poco más,

Para tenerla más tiempo,

Para sentirla en mi boquita,

Para comerle los pensamientos.

Y es que desde que llegaste,

La vida es increíble,

Y estando a tu lado,

Soy invencible…

Siempre regresará

Serenidad, la mejor virtud que el tiempo me ha entregado, el niño dentro de mi va desapareciendo poco a poco y me alegro, aunque hay muchas cosas que voy a extrañar. Ahora bien, hoy escribo por lo mismo que lo he hecho siempre, los que me leen lo sabrán, los que no, pues dense el tiempo de mirar un poco para abajo... 

Este poema me encantó, sencillo, pero cargado de emoción, uno de mis preferidos. Hoy es primera vez que escribo -desde que este blog comenó- con otros pensamientos, contento, alegre, esperanzado. El tiempo me irá dando la razón, espero.

Siempre regresará

Como un árbol talado,

Como una rosa arrancada,

No importa dónde caiga,

Semillas regará.

Como un suelo árido,

Como un pantano inundado,

No importa dónde sea,

La semilla crecerá.

Como una noche ártica,

Como una tarde desértica,

No importa cuándo sea,

La semilla florecerá.

Como un incendio devastador,

Como un herbívoro depredador,

No importa lo que pase,

La semilla renacerá.

Como si en mi estuviera incrustada,

Como si tus ojos como el sol iluminaran,

La semilla de este amor

Siempre regresará....

Ya lo entenderás

Estás exhausto de tanto intentar, estás extenuado de tanto fracasar, tu vida es muy buena y a muchos les gustaría tenerla,  pero nadie sabe que muy por dentro por tus venas corre la pena y el dolor. Ella no te quiere, ella no te merece, ella no se da cuenta, ella hace que te corra una lágrima por la mejilla, tal y como a mí me sucede en este instante. La ves y no le hablas, la escuchas y no la sientes, la sientes y no la encuentras, la quieres y no la tienes…

Pocos segundos se necesitan para pasar de una sonrisa a un quiebre interior, una imagen, una mentira, un paso al costado… tu cabeza insiste e insiste en que te acerques, pero tu cuerpo no lo hace, te sientes cobarde, tu lucha interior te destruye cada segundo que pasa, no se puede hacer nada y tus propios monumentos al sufrimiento te dominan, caso perdido. ¿Milagros? Nadie pierde la fe.

Un amor correspondido que los pensamientos convierten en no correspondido, que sin lugar a dudas si en este maldito mundo nuestro corazón mandara sería perfecto, todos serian felices. Una lucha tan difícil como prender un fósforo dentro de una ventiscada. Impotencia, qué palabra más correcta, sin embargo, mal interpretada. Amar, si amar, y recibir indiferencia.

Te preguntas… “Si solo supiera lo difícil que es tomar la decisión de hablarle”, no lo entienden,  duele, lloro, perdón.

¿Tanto hay que sufrir para poder decir un “te quiero”? 

Recuerda

Hace unos instantes mientras buscaba un papelillo para enrolar un cigarrillo, me topé con una sorpresa bastante extraña, tanto que no sé la verdad que sentí al verla, y aún no sé que siento... sólo quiero escribir. 

Una carta que nunca llegó a su destino, que me transporta a un agridulce pasado en el que las cuerdas de mi guitarra estaban desafinadas, algunas ampolletas de mi departamento quemadas, y mis pensamientos arrugados, malos y sin sentido. Al encontrarla, la abrí para saber qué contenía (ya sabía a quién iba destinada pues el sobre que la sellaba lo decía) y al leerla aprendí a conocerme. ¿Tanto he mejorado? ¿Tan bien estoy hoy en día? ¿Cómo salí de allí sin ayuda de un psiquiatra?... Se me pone la piel de gallina.

La culpa no es de nadie más que mía, fui un estúpido, y no supe manejar la situación... la inexperiencia, la inocencia (honestamente y sin hacerme el leso) me pasaron la cuenta. El destino jugó conmigo, y por eso no me queda ningún movimiento, tan solo un "Recuerda".

Recuerda

Recuerda que hay alguien

que siempre piensa en ti…

Alguien que quiere lo mejor para tu vida,

y que es feliz solo cuando tu lo eres…

Recuerda que después de un error

siempre viene algo mejor,

y que puedes prestar un perdón

todo tendrá un excelente sabor…

Recuerda que hay alguien

que necesita de tu cariño

para poder sonreír,

y que espera con todo el corazón

estar siempre a tu lado...

Recuerda que ese alguien soy yo,

y que te quiero con todo mi corazón…

16.11.10 --- 07.06.11

¿Verdad o castigo? o ¿Castigo o castigo?

¿Cómo lo hago para quitarme esto de mi cabeza?

Me abruma levantarme pensando en ella y en esa tierna risa, es que me fascina. Siento que podría hacer lo que sea por tenerla a mi lado, pero no me responde el cuerpo, soy un cobarde. Es tan fácil para mí escribir estas líneas, tan sencillo pensar cada minuto en sus ojos, pero se me hace tan difícil decirle algo, hasta me cuesta hablar de ello con la gente que más me quiere. No existen más de dos o tres personas que saben lo que siento realmente, y si alguno de ustedes que lee esto lo sabe, significa que los quiero más que a nada en este mundo, claro está, con esta pequeña excepción.

Olas que vienen, olas que se van, momentos de coraje impulsados en solitario, momentos de cobardía que vienen en el último minuto. Si tan solo, si tan solo lo supiera, si tan solo lo entendiera otra canción se escucharía en esta pieza.

Sé que tengo muchos defectos, sé que crezco más lento, sé que miento y luego me arrepiento, pero no es más que por miedo, por no saber qué decir, porque mi cabeza se bloquea. Todos mienten, y todos saben que más temprano que tarde serán descubiertos, pero este corazón está roto hace demasiado tiempo, y no fue ni lo sigue siendo por aquella “verdad popular” que dentro de mí es mentira. Ustedes, en quienes confío toda mi vida saben la verdad, saben que a pesar de haber cometido muchos errores digo la verdad.

Verdad, que palabra más subjetiva, la verdad no existe y tampoco existe la mentira. Todo depende de quién esté entregando la interpretación. Mi verdad, es su mentira, y mi mentira es su verdad. ¿Cómo hacer para que me crea tan solo esta verdad? ¡Solo esta!, puedo reconocer mis errores, puedo reconocer mi momento de locura, puedo reconocer mis problemas, y  me avergüenzo, pero puedo hacerlo. Ya no estoy cegado y tanto mi cuerpo como mis pensamientos han madurado, aunque siempre se puede más, pero…  ya he pasado por mucho y se te ha olvidado a quién conocías mucho antes, años atrás, al comienzo de todo. Mi nombre es José Tomás Pervan, y te pienso. Me dicen Tommy, y te extraño.

Envueltos en ese abrazo, mirando nuestros rostros viajar junto a las estrellas… en aquél tragaluz.

Más allá de todo

Siento, crezco. Poco a poco todo sabe mejor, mis pisadas son más profundas y mi piel es cada día más gruesa. El ángel que hace poco ella me confió me ha dado la oportunidad de evaporar de mi interior todo impedimento. Mis sabanas se sienten más lisas, ya no queman mis dedos, me abrazan. Mi guitarra se ha vuelto una descomunal compañera,  y lo que siento bien dentro me ha regalado un camino, el mejor camino. Soy muy feliz.

Zapatillas que caminan solas hacia el éxito, que el corazón ya no puede detener, pantalones vírgenes y polerones acorazados. Un sentimiento aplastado, reprimido por la mente, una soledad insignificante. Información borrada de mi mente, sabores musicales, melodías reconfortantes, recuerdos importantes. Soy muy feliz.

Nadie pide un “te quiero”, un “te amo”, un “te adoro”, nadie pide sonidos  vacíos, muchos aparentamos, pero lo que a gritos nuestro pecho pide, es nada más que un poco de calor. No se pide un abrazo, no se pide un beso, nada más compañía bajo el frío, caricias incondicionales por amor o consuelo, preocupación, un poco de ayuda, un soporte, una roca en la que sostenerse y algo blando para caer. Ternura dibujada en cada parte de su cuerpo, confianza  depositada en algo tan grande como el sentimiento, o algo tan pequeño como la vida. Ojos atentos y pensamiento independiente, piernas que se mueven por el corazón.  Soy muy feliz. Me falta alguien para compartirlo.

Yo no pido nada más.

Yo no puedo

Por sobre mi cabeza comienzan a viajar de un lado a otro pequeñas nubes de vapor, ¿Será que ya no puedo pensar más? ¿Será que mi cerebro se saturó? Si es así, tengo miedo. Tendré que comenzar a vivir con el corazón. Mesura.

Yo no puedo

Encontré lo más lindo

Que alguna vez mis cansados ojos

Hayan podido apreciar

Un diamante precioso,

Un zafiro moreno,

Un rubí silencioso,

Que a estar lejos de mí condeno.

Porque me da miedo

Que no sepa hablar,

Porque me da miedo

Que no pueda apreciar,

Que esta roca de pantano

Lo que sea le puede entregar.

No me puedo acercar,

Ni me atrevo a conversar,

Tampoco puedo abrazar,

Y mucho menos a besar.

Y aunque mi mayor temor,

Al otro lado del mar esté,

Ni un poco se parece a este amor,

Que solo debes pedir para que te dé...

Verso 1: Hace mucho tiempo ya

Tercer godine

En un principio todo va bien, tus ojos brillan, tu cabeza se concentra, tus músculos se hiperactivan, y sigues avanzando, pero cuando te das cuenta que ese día es ese día, todo cambia. Ya no importa ni el ayer ni el mañana, solo la soledad que te acaricia consoladoramente encontrando sentimientos en el empolvado baúl de tu corazón. Ella, la soledad, es la única que increíblemente tiene la llave para encontrar todo lo que tu creías habías olvidado, pero estás vulnerable, y la soledad no tiene piedad, te ataca, abre tu baúl y lo lanza todo hacia afuera sacando a relucir hasta el más remoto sentimiento, hasta la más ínfima e insignificante pizca de melancolía, comienza a carcomer tus pensamientos. Es en ese desgraciado momento en el que te das cuenta que te espera una larga noche, en la cual lamentablemente no podrás hacer nada más que ordenar nuevamente tu baúl.

 Día por día, hora por hora irás reviviendo cada cachureo al minuto de recogerlo y devolverlo a su lugar, y aunque sean millones, siempre habrán un par que se repetirán muchas veces, esos momentos que fueron cruciales en tu vida, los más importantes, los que realmente atravesaron tu existencia para quedar ensartados permanentemente en tu cuerpo. 18 de Abril, por ejemplo, día perfecto.

Lentamente comienzas a llegar al final, después de una descomunal cantidad de tiempo, después de una maravillosa gris tarde-noche-mañana de recolección de sentimientos, se te descongela el alma y te das cuenta de todo el tiempo que estuviste desconectado, fuera del universo.

Ya para lo último dejas ese recuerdo que tanto añoras, ese recuerdo con el que noche a noche sueñas con revivir, ese recuerdo que te rasga la cara con una sonrisa, ese recuerdo que te hace sentir como si una colonia de hormigas estuvieran viviendo por debajo de tu piel, ese emocionante, increíble, hermoso, poderoso, incansable, divino y casi inalcanzable recuerdo. Puede que sueltes una lágrima, pero ya está, has finalizado la tarea que la maldita soledad te ha obligado a cumplir. Te sientes lleno y pleno nuevamente, y te armas de coraje para no cometer los mismos errores que ya has cometido. No has muerto, eres más fuerte y has superado la prueba, pero de igual manera tienes miedo y no quieres actuar, ya que sabes que ella volverá por ti, y volverá con más ganas, aunque de modo contrario a lo que puedas pensar, viene solo para fortalecerte, tocar un arpa de consuelo y así sin pena puedas descansar.