miércoles, 25 de enero de 2012

Noche sin velas ni acordes.


Otra noche se ha ido, otra desgraciada madrugada se me ha escapado entre los dedos, y yo nuevamente me encuentro aquí, arrodillado ante la sociedad. Y es que me ha sucedido algo que nunca pensé que me volvería a pasar, el destino no ha dado su brazo a torcer y me ha derrumbado evidenciando que mi fortaleza ante lo inesperado, si bien ha mejorado, sigue siendo minúscula.

Mucha gente se podrá dar cuenta de que ya algunos de mis actos no tienen sentido alguno, y que mis sonrisas son más generosas, y mis lágrimas son escasa, me he vuelto frío. Yo me pregunto, ¿será esto normal? ¿Será algo bueno intentar ser introvertido cuando estoy a punto de explotar? Tal vez necesito cambiar de aires, es más, tal vez debo cambiar la luz de todas las velas que me han alumbrado estos últimos años.

Ayer a la guitarra se le cortó la quinta cuerda, aunque esta sigue aún tensa, pero solo por un delgado hilo metálico que pareciera aferrarse con todas sus ganas a la idea de seguir deleitando con su música a quienes oyen.

En esta vida somos todo y nada al mismo tiempo, metafóricamente hablando claro, a mi juicio, estamos hechos para ser lo que queramos ser. ¿Quiénes son ustedes? Es su decisión, y díganmela por favor para saber en qué nivel de atrofiamiento se encuentra mi cabeza hoy en día. ¿Quién soy yo? Por hoy solo soy la quinta cuerda cortada de una guitarra, que además ya no es mi guitarra, ha dejado de sonar.
Noche de velas sin acordes.

1 comentario:

  1. Está bien escrito y todo pero ", estamos hechos para ser lo que queramos ser" es un pensamiento extraño. Esta el destino también. Ejemplo: quiero una manzana e iré a comprarla, pero justo en el camino tengo un accidente.
    Y en general la gente cambia y sufre cosas para ser más fuerte... eso, sigue escribiendo y seguiré leyendo.Felicidades.

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