domingo, 8 de abril de 2012

Epílogo 1


No recuerdas la última vez que pensaste en nosotros, no sabes cuando te dí aquel beso, no tienes idea de la herida que dejas aquí, no recuerdas la última vez que me hiciste sonreír, no sabes dónde te abrazó mi primer "te quiero", no tienes idea de lo que gusta de mí, ni sabes si es que ya me has borrado de tí.

¿Por qué no lo recuerdas?, la razón por la que me quieres, ¿por qué me has hecho un fantásma?, de las caricias que ya no podrás sentir, los caminos que no podrémos recorrer, las llamadas ya no vas a recibir, los mares que nunca más navegaremos, de las ventanas que nunca más abriremos, y de las tibias siestas de las que con una sonrisa despertábamos.

Yo quise ser el olmo que peras te entregara, al que no le importaba si lo tenías que derrumbar, para que tu algún precipicio pudieras que cruzar. Intenté ser el cojín sobre el cual siempre cayeras, y el parche para cualquier dolor que tu recibieras. Sin embargo, ya es tarde para todo aquello o para todo lo demás, una historia que en el pasado ha quedado y todos los clavos que con esfuerzo puse, no están, no sé por qué los has sacado.

Ya nada de eso importa, y no lo digo resentido, simplemente no se pudo, lamentablemente se te fue. Si bien es cierto que nunca logré comprender, y fuiste un libro que no terminaré de leer, espero que seas feliz, que otra persona te cuide, ojalá mejor de lo que yo lo pude hacer. Esto es solo para hacerte saber, que mi parte en el cuento ha acabado, aunque no lo pueda creer, lo nuestro se ha destrozado.


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